Ramón Vargas Salguero
. . . . . Por supuesto! que hay razones, más que de sobra, para felicitarnos porque “Arquitectura ante la 4t”, publicación llevada adelante por no más de un pequeño grupo de 6 u 8 colegas arquitectos, haya llegado ya a los 100 artículos. Gracias a este esfuerzo, las temáticas historiográficas, estéticas, teóricas y políticas tradicionales, así como las actuales, están encontrando espacio para invitar a los lectores, preferentemente estudiantes y profesionales del ramo, a continuar atentos a los avatares por los que atraviesa el ejercicio profesional.
Día con día nos llegan noticias referentes a problemas habitacionales de distinta índole. Tanto los ocasionados por efectos naturales, como los que han sido causados por descuidos en el proceso productivo, podrían solventarse mejor si se contara con un conocimiento más preciso de estas problemáticas que nos permitiera, anticiparlas o solventarlas cuando ya han acontecido.
El apoyo que los artículos de Arquitectura ante la 4T prestan a la docencia y en general, a los arquitectos actuando en el ejercicio de la profesión, están fuera de duda, particularmente para el caso de la historiografía y de la teoría de la arquitectura, materias curriculares que no están coadyuvando de mejor manera a la formación de nuevos profesionistas, por desorientación de los profesores acerca del carácter de estas materias. ¿En qué consiste la historiografía? ¿Cuál es el de la teoría? Preguntas ambas que son de difícil respuesta por falta de actualización de los profesores y que debieran ser objeto de cursos para allanar este déficit.
Una situación similar la hemos observado y puesto en evidencia por lo que toca a la estética, a la que una y otra vez, igualan con la teoría, como si los nombres y contenidos fueran intercambiables. El colmo de estas faltas de precisión en lo referente a la formación de los estudiantes de arquitectura e incluso de los ya titulados, consiste en la incapacidad de definir la palabra, en definir la profesión. Todavía en este momento se sigue utilizando el tipo de definición que estipuló Aristóteles, sin caer en la cuenta de que con él no se puede definir la palabra arquitectura, porque se incurre en una definición dicotómica: esto es arquitectura o no es arquitectura.
Pues bien, son estos huecos en la formación del arquitecto que Arquitectura ante la 4T lleva ya 100 artículos poniendo su grano de arena para coadyuvar a subsanarlos. ¡POR SUPUESTO!