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90 años de la creación del Instituto Politécnico Nacional: 1932-2022.[1]

(Tercera de tres partes).

Gerardo G. Sánchez Ruiz

[1] Este es un resumen del trabajo: Sánchez Ruiz, G. G. (2014). “La autonomía de la UNAM y la creación del Instituto Politécnico Nacional, dos expresiones de la lucha ideológica por la educación en México”. CIAN-Revista De Historia De Las Universidades17(2), 195-221. Disponible en: https://e-revistas.uc3m.es/index.php/CIAN/article/view/2336

En este pequeño recorrido histórico, y por las pretensiones del trabajo, debe abordarse la cuestión “del año oficial” de creación del Politécnico situado en 1936 en tanto desde este punto de vista, es uno de los muchos equívocos o malformaciones que existen en la historia no sólo de la institución sino de México. Es una realidad que en la época de Lázaro Cárdenas, no hubo un decreto de creación y no podía haberlo porque el IPN ya estaba creado, y con una orientación popular, pues en sus aulas, talleres y laboratorios estaban educándose hijos de pequeña burguesía, de campesinos y obreros.

Casco de Santo Tomas, 1947. http://www.mexicomaxico.org/IPN/CronoIPN.htm.

Entonces, señalado el origen del Politécnico cabe preguntarse: ¿Por qué se considera su fundación en 1936 y no en 1932 pese a que los documentos lo señalan? Tal vez la respuesta puede encontrarse al reflexionar tres situaciones:

Primera, la Politécnica en 1932 tenía la estructura y la filosofía que la caracterizaría como el Politécnico en subsecuentes años, y aunque en ese año sólo estaba conformadas por la preparatoria técnica, la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica y, la Escuela Superior de Construcción, los discursos de Luis Enrique Erro y el diagrama de “Organización de las Escuelas Técnicas para Varones agrupadas bajo la Dirección del Departamento de Enseñanza Técnica Industrial y Comercial”, eran claros al señalar el proceso de expansión que seguiría la nueva institución, pues en el señalado diagrama quedó determinado el espacio a ocupar por las escuelas superiores que se agregarían al proyecto, donde cabe señalar, ya se consideraba la integración de la Escuela Superior de Comercio y Administración.

Segunda, si se estaba solidificando este espacio alternativo de enseñanza, había que ser enfáticos en el nombre, las escuelas superiores no podían estar dentro de otra escuela, para el caso: si se exceptúa el apéndice de nacional, la Escuela Politécnica Nacional no establecía una jerarquía frente a las escuelas que fue agrupando, de ahí seguramente la aparición de la designación de Instituto al nuevo conjunto educativo. Los documentos consultados —hasta el momento—, no permiten situar de manera clara el cambio de nombre de la Institución.

Sin embargo, el cambio de denominación de Escuela Politécnica Nacional a Instituto Politécnico Nacional fue adoptado entre 1933 y 1934, si se considera que en el número 1 de septiembre–octubre de 1934 de la revista Edificación editada por la Escuela Superior de Construcción (ESC), se afirmaba de la ESC:[2] “es una de las escuelas que integran el Instituto Politécnico Nacional dependiente del Departamento de Enseñanza Técnica, Industrial y Comercial, de la Secretaría de Educación Pública” [3]―Mas abajo se anexan tres páginas de ese número―.

[3] Escuela Superior de Construcción. “Información de la Escuela Superior de Construcción en Edificación No.! Tomo 1, 22-23.

 Más aún considérese que ese No. 1 de la revista Edificación, es anterior al Programa de Educación Pública de Lázaro Cárdenas fechado el 2 de diciembre de 1934, donde de acuerdo con Calvillo y Ramírez (2006) se apuntó la necesidad de fundar “una Politécnica Nacional”.[4]

[4] Calvillo Velasco, Max y Ramírez Palacios Lourdes Rocío, 60 años de historia del Instituto Politécnico Nacional, Tomo I, México Instituto Politécnico nacional, 2006, p. 120.

Y tercero: cuestiones de índole político pudieron haber influido en el no reconocimiento de los verdaderos fundadores del Instituto, ya que por la actitud del expresidente Plutarco Elías Calles de continuar decidiendo en la vida del país al imponer presidentes, el presidente Lázaro Cárdenas en 1936 comisionó precisamente a Narciso Bassols para solicitar a Elías Calles su salida del país, situación que se acordó y ejecutó, sólo que después de cumplir su encomienda presentó su renuncia como secretario de Hacienda y Crédito Público al general. Jesús Silva Herzog quien vivió la situación, refiere que en esa ocasión Bassols dijo: “El general Cárdenas me ha pedido que siga en la Secretaría de Hacienda. Yo me he negado a aceptar por lealtad al general Calles”.[5]

Entonces pese al reconocimiento que le hizo Cárdenas, y la fe que tenía respecto a su trabajo, Bassols fue enviado como ministro de México a Londres iniciando una carrera diplomática, lo cual desde este punto de vista disminuyó la presencia de Bassols en el Politécnico y resaltó la de Cárdenas —indebidamente—, lo cual fue determinante en el cambio de año de fundación, y en el relego que se hizo de la historia conjunta de la hoy UNAM y del IPN.

[5] Jesús Silva Herzog, “Introducción”, en Alonso Aguilar (Comp.), Narciso…, p. XIII.

Unidad Profesional de Zacatenco, 1967. Archivo, ICA.

Una reflexión final

La Revolución Mexicana se expresó antes de las batallas iniciadas en 1910, durante las batallas y después de las batallas, ésta se expresó como un proceso de ruptura y continuidad que recogió lo avanzado en lo económico y en lo social por el porfirismo, a la vez de generar nuevas condiciones en el país con el fin de colocar a la sociedad mexicana en otros niveles de progreso y dentro una nueva modernidad que ya recorría el mundo.

Y en efecto, al concluir las batallas, la Revolución se mostró como un proceso que modificó de una o de otra manera todos los ámbitos de la vida de México: la economía, la música, la pintura, el urbanismo, la arquitectura, la cultura, y por supuesto, la educación; y en este último rubro, al generar una estructura que intentó llevar educación a todo el país, y donde el Instituto Politécnico Nacional jugó un papel importante.

Lastimeramente y por el decaimiento de las ideas avanzadas y el enseñoramiento de otras, lo cual ocurrió al concluir el régimen de Lázaro Cárdenas, la atención a sectores populares no se condujo con la intención de principio promovida, de manera correlativa, los impulsos sociales que caracterizaban al Politécnico disminuyeron, cayendo junto a la Universidad Nacional en una dinámica donde ahora en la generalidad, se busca cultivar alguna profesión para usufructuarla olvidando orígenes y filosofía, pero además, con una insensibilidad manifiesta ante las carencias sociales; aunque para el caso, don Luis Cabrera también diría: “El capitalismo es el capitalismo”, y el modelo económico que domina en el país es el capitalismo y de corte neoliberal, pese a que AMLO, actualmente presidente de México señale otra cosa.


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