Alejandro Gaytán Cervantes
-Mira ahí va Carlos.
-Ya ves como son las cosas Octavio, después de que Carlos, representó a la escuela y ganó en el ConcursoNacional del Proyecto 1968 para un Hospital, todo cambió en su vida.
El mejor estudiante, captaba las cosas a la primera;además, en el proyecto arquitectónico era brillante; tenía un gran talento para el diseño. Sus amigos decíamos que sería un señor arquitecto. Al trabajar y realizar proyectosprofesionales, lo hacía mejor que cualquier especialista.
Como todos, estaba muy interesado en el movimiento estudiantil, pero el concurso del hospital no lo habíadejado participar. Al dictaminarse los resultados, en los que obtuvo el mencionado primer lugar, comentó que había deseado ir a algún mitin, y no había podido hacerlo.Pero que ahora si podría asistir; incluso, iba a llevar a su mamá.
-Y le tocó el del dos de octubre, en Nonoalco, ¿no Mario?
-Sí, cuando me enteré de que iba a ir le dije: “Cuidado Charles”; los tiras cada vez están adentro en aumento, ydía a día esto se enreda más.
-No te preocupes; no me voy a meter en nada; sólo escucharé lo que ahí digan y echaré algún chiflido.
Después, vino la bronca del dos y cuando se reiniciaron las clases, le pregunté a un compañero:
-Oye ¿no has visto a Carlos? No ha venido desde el día primero, cuando dieron el resultado del concurso.
-No, no aparece. En el mitin de Nonoalco, cuando empezó la balacera me escondí y desde ahí vi cuando se lo llevaron. Un soldado le pegaba duro con la culata del rifleen su espalda. Lo tiro tres veces. A su mamá, también la subieron a la misma camioneta que a Carlos.
-No está desaparecido ¿verdad?
-Su mamá lo vio adentro. A ella ya la soltaron, pero a él no.
-La próxima semana vamos a iniciar el proyecto de fin de cursos. Ojala para entonces ya esté aquí…
Al día siguiente… apareció:
-Que tal cuates, buenos días.
-Carlitos, que bueno que estas de nuevo con nosotros. ¿Como te fue?
-De la patada. Fui a Nonoalco. El mitin estaba padre. Ahí le comentaba a mi mamá: Que te parece, pura juventud que quiere un país mejor. Cuando los agentes, apostadosarriba, en los edificios, le dispararon al ejército. Pues los soldados, que responden. Creía que eran balas de salva, sólo para espantar a la gente. Una muchacha que estabaa mi lado, dijo:
-No joven, son balas de verdad, ¿No oye sus trayectorias?
Nos tiramos al piso, pero nos dispararon también desde un helicóptero. A la chava le causaron un rozón en un brazo. Hincados, con mi pañuelo le hacía un torniquete, cuando un tiro le dio en la cabeza, era una bala expansiva. Le hizo pedazos el cerebro. Ella me cayó encima. De la impresión, de ver esos pedazos de cerebromoviéndose en mi pecho, ya no pude levantarme hasta que llegaron los soldados y nos llevaron.
Por la sangre que tenía en la ropa, durante varios días me dieron bien grueso. Me preguntaban que a quién había matado. En los interrogatorios les decía: Yo no hice nada; no tengo nada que ver, era solo un mirón. Me hicieron la prueba de la parafina y se vio que no había disparado. Después de más de quince días, me soltaron.
Bueno, pero ya pasó, ahora aquí estamos, como nuevos, listos para el concurso final.
-Un día noté que caminaba de lado; le pregunté si estaba enfermo, porque iba cojeando y me dijo que no. Cada día veíamos como su salud se deterioraba. Se lo comenté al maestro Becerra, que es muy cuate, Se dio cuenta que Carlitos estaba mal; fue a ver a su familia; les recomendóa un amigo doctor especialista en sistema nervioso. Este le dijo que tenía la columna desecha por los golpes que había recibido; el mal era irreversible y progresivo. El maestro nos lo comentó, pero nos dijo a su familia y amigos, que no le dijéramos nada. Para que preocuparlo si su mal no tenía remedio.
En el trabajo final, su participación apenas sirvió para pasar, ya no para ganar; eso le afectó muchísimo; no se lo explicaba.
Poco a poco, su cuerpo se fue deteriorando hasta estar como lo viste pasar, en una silla de ruedas.
No mueve brazos ni piernas. ¿Sabes que hace en la escuela?: Su tesis, quiere ser profesionista.
Aquí todos lo hemos ayudado; sus compañeros y maestros. Nos hemos propuesto que se va a titular, aunque nada más sea un profesionista de mentira, sin chance de trabajar.
-En Tlatelolco no siempre los muertos se llevaron la peor parte.
(C.Espinosa S)