Gerardo G. Sánchez Ruiz
En Archipiélago 109-110 de julio-diciembre de 2020 ―disponible en De interés en este blog― se hizo una reflexión respecto a los niveles de contaminantes generados predominantemente en zonas urbanas, dadas la alta concentración de actividades y población que caracteriza a éstas, la circulación de vehículos, el despliegue de industrias y la ocupación de amplios espacios otrora rurales; todo, con efectos a la naturaleza porque cada expansión de las ciudades significa: asfaltar o cubrir con concreto las nuevas áreas ocupadas, utilizar grandes volúmenes de recursos de ésta y generar, los consecuentes residuos que van a dar a suelos, ríos, mares y aire.
De igual modo en ese número doble, se apuntó que de acuerdo a Statistical Review of World Energy (2019), “el consumo de energía primaria creció a una tasa de 2.9 por ciento en 2018 […] casi el doble de su promedio de 10 años”, considerando que, hasta antes de 2010 había sido de 1.5 por ciento por año lo cual se debía al “crecimiento del consumo de energía impulsado por el gas natural, mismo que contribuyó con más del 40 por ciento del aumento”; pero que igualmente, era notable que todos los combustibles hubieran crecido más rápido que sus promedios de hace 10 años.[1] Por supuesto los números como se apuntó, son producto de las emisiones provocadas por vehículos, fábricas, quema de pastos o de basuras de todo tipo y de las actividades realizadas en cada hogar. [2]
[1] BP, Statistical Review of World Energy, 1919, London, p. 2. Disponible en: https://www. bp.com/en/global/corporate/energy-economics/statistical-review-of-world-energy.html.
[2] Gerardo G. Sánchez Ruiz, “Consumo de energéticos y efecto en las ciudades”, Archipiélago Nos. 109-110, julio-diciembre 2020.
Lo anterior viene al caso, debido a que países industrializados de acuerdo a sus intereses, recientemente han tomado toman cartas en el asunto; a la vez y en esa línea, que a principios de agosto pasado el presidente de Estados Unidos Joe Biden anunció la conversión de autos particulares, de pasajeros y de camiones pesados que consumen gasolina o gas, por otros que se movilizaran con energía eléctrica, situación que por supuesto atañe a México, dado el consumo de carburantes que sobre todo en las ciudades se realiza, junto los planes que la 4T tiene respecto al uso de los hidrocarburos.
De acuerdo al The New York Times y lo expresado por Biden, primero se restaurarán y fortalecerán los estándares de kilometraje de los automóviles a los niveles existente con el presidente Barack Obama, para posteriormente, y a partir de los vehículos modelo 2023, aplicar nuevas reglas con la pretensión de reducir “aproximadamente un tercio del dióxido de carbono producido anualmente por Estados Unidos” y evitar “la quema de aproximadamente 200 mil millones de galones de gasolina durante la vida útil de los automóviles”. [3]
[3] Coral Davenport, “Biden, in a Push to Phase Out Gas Cars, Tightens Pollution Rules”, The New York Times, 2021. Disponible en: https://www.nytimes.com/2021/08/05/climate/biden-tailpipe-emissions-electric-vehicles.html.
Esa iniciativa se ha sucedido, posterior a las anunciadas en años pasados y ya puestas en práctica por países como Alemania, Reino Unido, Francia y otros, los que, ante los niveles de contaminación y efectos en el cambio climático, han tomado en sus manos medidas para impulsar en sus territorios la señalada reconversión. De acuerdo a Reuters, Alemania por ejemplo, está obligando a todas las estaciones de servicio de gas o gasolina a ofrecer carga de automóviles eléctricos con el objetivo de impulsar la demanda de vehículos eléctricos, la que de acuerdo a la nota “se ha visto obstaculizada por las preocupaciones de los consumidores sobre el reabastecimiento de combustible”; lo anterior, junto a un amplio plan de estímulos que ha incluido “impuestos escalonados para penalizar la propiedad de grandes vehículos utilitarios deportivos con motores de combustión contaminantes”. [4]
[4] Reuters Staff, “Germany forces all petrol stations to provide electric car charging”, Reuters, 2020. Disponible en: https://www.reuters.com/article/health-coronavirus-germany-autos-idAFL8N2DH3RO.
De igual manera y siguiendo esa línea, de acuerdo a Groupe Renault, Francia, ha incrementado estímulos “para animar a los consumidores a comprar coches híbridos eléctricos y recargables” y así colaborar con la disminución del consumo de carburantes;[5] aunque por supuesto y en todos los casos, para diversificar las fuentes de energía y depender menos de aquellos.
[5] The Editorial Team, “Incentives for buying an electric car in France: how do they work?”, Groupe Renault, 2021. Disponible en https://easyelectriclife.groupe.renault.com/en/outlook/cities-planning/incentives-for-buying-an-electric-car-in-france-how-do-they-work/
El capitalismo siempre busca salidas a sus crisis, recuérdese que cuando los países productores de petróleo formaron en los sesenta del siglo pasado, un fuerte bloque llamado Organización de Países Exportadores de Petróleo también llamada OPEP, lo cual puso en jaque a los países industrializados dada la dependencia de éstos ante los carburantes, de ahí las consecuentes ocupaciones militares y la búsqueda de fuentes alternas para disminuir esa dependencia, tal como fue el caso del impulso a la energía solar o la eólica, lo cual les funcionó.
Estados Unidos ha expresado su objetivo ante el incremento de la contaminación y el cambio climático, que en un mediano plazo habrá de reconvertir gran parte de sus vehículos, a la vez de disminuir su dependencia respecto al petróleo; lo anterior significa que este producto disminuirá su importancia en la dinamización de actividades e industrias, y que habrá de recurrir a otros recursos como el caso del litio. Eso sucederá en no menos de diez años y al otro lado de la frontera con México.
México por iniciativa de AMLO en mayo de este año en una actitud visiblemente electorera, anunció la adquisición de la refinería Deer Park de la Shell en Houston que en esencia fue comprar la otra parte que le faltaba a Pemex; situación que levantó sospechas en algunos sectores que saben de esto, porque se estaba comprando una planta a una de las empresas más poderosas en el rubro, ¿Qué había atrás?, nada más ni menos que la búsqueda de fuentes alternas en ese país, o sea, el viraje hacia nuevos negocios, mientras en nuestro el mismo AMLO impulsa nuevas refinerías.
Automóviles: la gran fuente de contaminantes. Fotografía: Gerardo Sánchez, 2020.
México no se puede quedar atrás en ese proceso de reconversión que ya camina en el mundo, deberá incorporarse, primero: porque debe sumarse al cuidado del medio ambiente y a la cuestión del cambio climático que ya muestra efectos con fuertes estragos en el mundo y por supuesto en este territorio; y la otra: tiene que avanzar en cuestiones tecnológicas que ya operan, por lo que habrá que innovar en fuentes de energía para vehículos e industrias.
No es fácil la situación teniendo una industria que combina métodos de producción modernos con antiguos, sin embargo, la visión de la 4T debe ir más allá de acciones propagandistas, tiene que mirar objetivamente lo que acontece en el mundo y planear a corto, mediano y largo plazo. Los efectos que se resienten en ciudades y áreas rurales exige tomar medidas al respecto.