Rubén Cantú Chapa
La complejidad del ensayo: “La sostenibilidad de la ciudad” nos remite necesariamente a las determinaciones estructurales de la sociedad que la habita, relacionadas con la territorialidad social surgida de la economía política, sobre todo por el impacto en la metrópoli de la dos leyes fundamentales del desenvolvimiento del sistema capitalista a los que abordademos en otras entrega: la acumulación del capital, y la ley tendencial de la baja de la tasa de ganancia; esta última, que explica los cinturones de miseria denominadas conurbaciones y aquella como exedentes de capital. Sin embargo, la historia desempeña una función insoslayable en la preservación de la ciudad, esto es, en la sostenibilidad citadina particularmente en espacios urbanos como el Centro Histórico, además de otros sitios tradicionales que, articulada luego la historia con la creación artística (obra humana que perdura socialmente a través de los tiempos), expresa el acontecimiento que sustenta en el presente y en el futuro ese espacio urbano la necesidad del disfrute estético inalcanzable, que otros paradigmas humanos no logran la satisfacción cultural.
Es pertinente mencionar a la vez, que la ordenación sostenible de la ciudad depende de la organización de la sociedad desde la perspectiva social, política, económica y cultural (parafraseando al conferencista cubano Arq.Fernando Salinas cuando afirmaba que: “el ordenamiento de la ciudad depende de la organización de la sociedad”). La investigación nos ha conducido a una diferenciación de las zonas de la ciudad relacionadas con la sostenibilidad, debido a la heterogeneidad de la vida urbana en sus funciones y relaciones sociales productivas y de satisfacción humana. Durante el proceso de investigación del tema “La Sostenibilidad de la ciudad” nos abrió un aspecto de la línea de estudios relacionados con el espacio urbano que más se identifica con la objetividad sostenible, como lo es el Centro Histórico de la ciudad de México.
Numerosos artículos de índole analíticos y también propositivos, han sido relacionados con la sostenibilidad de la ciudad, basados en la satisfacción del equipamiento e infraestructura urbana, esto es, en los servicios indispensables para lograr mejores condiciones de vida citadina. Dan por hecho como ejemplos de sostenibilidad, que la mera planeación física de la ciudad como objeto de utilidad es suficiente para lograr la respuesta a la utopía de la plena libertad con la sola presencia en ella. Otros autores consideran como factible la sostenibilidad de la ciudad a partir de modelos de la economía del conocimiento y la innovación como fuente de progreso asegurando una productividad capaz de logar el propósito sostenible; sin dejar de considerar la sostenibilidad ambiental, mencionado en términos generales. Los hechos del deterioro físico espacial de la ciudad por décadas, incluso durante todo el siglo XX pasado, sobre todo a partir de la segunda mitad de ese siglo, mostraron que las crisis de la economía, también impactó en el quebrantamiento del equipamiento e infraestructura urbana de las metrópoli de manera generalizada. Y sucedió de manera directa en la crisis urbana, además del deterioro y agravamiento de la penuria de la vivienda, suceso de los que desprendieron los movimientos sociales urbanos desde la década de los años sesenta. Dicha crisis se la atribuían a la expulsión de los habitantes del campo a la ciudad, o al proceso de industrialización y urbanización sin explicar cómo sucedían estos fenómenos. Eludían la ley fundamental del desarrollo capitalista, como la relacionada con la Ley decreciente de la tasa de ganancia que más adelante trataremos de explicarla.
Cabe mencionar otra propuesta de autores sobre la sostenibilidad ambiental a partir del fenómeno del poder político mediante una gobernanza que clame por la justicia social, la calidad de vida, el equilibrio ecológico y propuestas de desarrollo tanto como evitar la permanencia de vivienda en zonas de riesgo. Otros más enfatizan la posibilidad de la sostenibilidad mediante el desarrollo económico competitivo sin dañar los recursos naturales en bien de la ciudadanía. Se menciona luego el tema preocupante de los últimos años relacionados con la actividad delictiva y la seguridad pública y privada dado la existencia del crimen organizado, hechos por demás alarmante en los últimos años.
Aunque la dimensión social es propuesta más adelante, por autores sensibles a los problemas que se derivan debido a la ausencia del derecho a la ciudad, este es un rubro muy importante que está en los análisis para explicar y entender la necesaria participación de la sociedad civil.
Como tema recurrente, la sostenibilidad la plantea y simplifica en la solución de hasta tres aspectos para que ocurra y se califique la existencia o no de la sostenibilidad de la ciudad, tales como el abastecimiento de agua a la ciudad, eliminar los desechos más contaminantes y lograr bajas tasas de ocupación del suelo urbano. Sin embargo, estas y otras propuestas más sobre la sostenibilidad no dejan de imprimir un sello de parcialidad ante una realidad extremadamente compleja. Redunda el tema, motivo de este ensayo, en semejanza con las propuestas de desarrollo de mediados del siglo XX pasado, de una duración de alrededor del medio siglo, implorando un progreso desarrollista cuando el modelo capitalista llegó a extremos que condujeron a un desgaste primero y en los umbrales de la mutación por ocurrir, como lo muestran los últimos años.
Los propósitos de esta investigación parecen llevar a la parcialidad de la sostenibilidad ambiental de la metrópoli. Parcialidad porque sólo a través de otras variables e indicadores es posible la sostenibilidad como se mencionó en los temas pasados, relacionados con el Centro Histórico. Sin que sea motivo de redundar en este tema, vale preguntarse luego: ¿Qué es el Centro Histórico? Si el Centro Histórico es el resultado del testimonio del asentamiento humano que aparece como el punto inicial de la producción social, en el que “los miembros de la sociedad se apropian de los productos de la naturaleza … (ella) facilita los objetos que responden a las necesidades … y en el que el sujeto se objetiva … y en consumo, el objeto se subjetiva” 1
[1] Marx, Carlos, Contribución a la crítica de la economía política, Carlos Marx, ediciones de cultura popular, 5a edición, 1974, México, pag. 243
Como propuesta de explicación, el Centro Histórico lo define la naturaleza de su contenido mediante el valor social de uso y se afirma, ratifica y configura, através de la conformación patrimonial urbano-arquitectónico de vastas referencias históricas de identidad nacional, regional y/o local. La presencia de la sociedad en el espacio crea el ambiente y el sitio del Centro Histórico, las condiciones de existencia del espacio urbano que no florece fuera de esa sociedad, sino precisamente por ella como realidad, mediante su ocupación y/o consumo por un lado de la producción artística y por el otro como testimonio de la historia. Un espacio que a la vez protagoniza esa realidad histórica, porque crea la historia momento a momento, paso a paso. Ese ambiente, esas condiciones, sin las cuales no es posible la creación del Centro Histórico, realidad que indica los momentos más notables de toda construcción. Su crecimiento marca la pauta y satisfacción y placer del presente para continuar en las generaciones futuras.
El valor de uso del Centro Histórico constituye su contenido de identidad patrimonial histórico y perdurable desde épocas pasadas, la presente y a las futuras generaciones, fenómeno que determinan la sostenibilidad insoslayable, aspecto que dista mucho de la sostenibilidad derivado de la economía. Es la mayor consideración que difiere mucho de otras variables por más contenidos que logre mayores y/o menores determinaciones para el caso de estudio. Este contenido de riqueza social emerge de su valor de uso que procura el disfrute del arte, la cultura ahí plasmada, encarnada de las formas sociales o modos de producción anterior a la presente capitalista, y que evocan la identidad del sitio patrimonial insobornable y de invariable sostenibilidad.
¿Puede la teoría del valor explicar conceptualmente la realidad del Centro Histórico? La valorización tiene una explicación distinta a la economía política, pues se da dentro de los valores del arte, la historia y el ambiente sociourbano que lo materializa la sociedad. La conformación patrimonial de identidad del Centro Histórico se ratifica y configura mediante el valor social de uso, que constituye el carácter de su contenido. La presencia de la sociedad en el espacio adquiere del Centro Histórico una realidad mediante su ocupación y/o consumo. Es el único espacio urbano sostenible de la ciudad por la historia, la cultura y los movimientos sociales, porque estos escriben la historia y a la vez por tanto, el testimonio de la historia en el Centro Histórico. Esto es, la historia es sustentada por los actos que ahí se realizan, que forman parte de la historia escrita a diario, como son las expresiones sociales que una y otra vez suceden, tales como los relacionados con las manifestaciones, mítines y asambleas realizadas y que engrosan la historia de la sociedad en la metrópoli.
El disfrute del contenido histórico y estético del espacio patrimonial urbano arquitectónico más antiguo de la ciudad, su habitabilidad y la función ciudadana de la sociedad civil como cultura política en el Centro Histórico, dicho en poco términos, el valor de uso social y cultural constituye su magnitud real como paradigma inalcanzable. Esto es, aun cuando resulten incomprensibles las condiciones y/o ambiente sociourbano de existencia que lo produjeron para el permanente consumo humano y luego como consumo individual, es el resultado de las diversas formas de desarrollo social y modos de producción de relaciones sociales precapitalistas. Entonces, como “géneros del arte, […] se admite que no pueden producirse nunca en su forma clásica, haciendo época en el mundo desde el momento de su innovación.2
[2] Es la propuesta del espacio urbano arquitectónico de la metrópoli sostenible que no está articulado con el desarrollo general de la sociedad. (“Sustentabilidad, Centro Histórico y Ambiente Sociourbano”) es: La sustentabilidad del Centro Histórico de la ciudad de México está determinado de manera natural por el arte, la historia y el ambiente sociourbano, particularmente los movimientos sociales y la diversidad como se estos se presentan, esto es, por lo propio de la naturaleza humana y su desenvolvimiento histórico. que no tiene necesariamente “relación con el desarrollo general de la sociedad”.
La propuesta de sostenibilidad sobre la base de los valores humanos del que está posesionado el Centro Histórico es la significación de la naturaleza humana expuesta para la historia mediante los valores sociales del arte que ni las guerras de todas las magnitudes lograron arrasar de la faz de la tierra. No menos devastación de la naturaleza y a la naturaleza humana que es una sola naturaleza, fue la mayor crisis ambiental que produjeron las dos Guerras Mundiales del siglo XX y el sinnúmero de guerras locales, los conflictos sociales globalizados y prolongados hasta nuestros días, tanto en los países del denominado primer mundo como en las naciones emergentes donde los movimientos sociales cada vez adquieren una connotación internacional.
No logran tampoco devastar estas áreas de la metrópoli por los medios e instrumentos de circulación, distribución y consumo, tanto en los países desarrollados y en los enclaves empresariales basados en la industria desarrollistas de explotación de los recursos naturales en los países que iniciaban ese proceso de acumulación de capital. La problemática medio-ambiental generalizó la preocupación social, local y mundial, por el impacto en las condiciones de vida de la población en general. Las inquietudes fueron sesgadas y atendidas mediante el desenvolvimiento tecnológico para atenuar el impacto en la sociedad, pero sin contravenir el origen surgido del proceso productivo, de las relaciones de producción, que no sólo desmantelaba los recursos naturales sino también la devastación de la naturaleza humana que ambas son una sola naturaleza.